Presiones de Washington
Entre los próximos objetivos del grupo de hackers está la red social Twitter, a la que acusan de censurar los temas sobre Wikileaks para que no aparezcan entre los asuntos más destacados y consultados por los usuarios. Con todo, la compañía ha negado que limite o controle la selección de temas más consultados También está en el punto de mira la empresa de pagos por Internet PayPal, que desde el lunes ha bloqueado la posibilidad de enviar donaciones a la web de filtraciones Wikileaks.
En su defensa, la dirección de PayPal aduce que ha recibido presiones del Departamento de Estado para impedir que los pagos lleguen a la organización de Assange. Osama Bedier, vicepresidente de la compañía, ha dicho esta mañana en París, donde asistía al encuentro digital Le Web, que PayPal actuó tras una carta del Departamento de Estado de EE UU en la que decía que Wikileaks desarrollaba "actividades ilegales". El departamento dirigido por Hillary Clinton ha negado en Twitter haber escrito a la plataforma de pagos en Internet, mientras que Bedier ha aclarado que no se refería a una carta dirigida a su compañía sino a la que envió el Departamento de Estado a Wikileaks advirtiéndole de que estar en posesión de los cables filtrados viola la ley.
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